Solidaridad, comprensión y tolerancia son algunos de los valores que se pueden trabajar con la lectura de esta historia tan particular.
Les cuento que yo lo uso de lectu-regalo; al final de la jornada cuando faltan diez minutos para que toque el timbre nos predisponemos todos muy relajados y tranquilos a disfrutar; a veces uno, a veces dos capítulos.
Lo recomiendo; y, si lo leen sin mostrar las ilustraciones se alimenta mucho más la imaginación de los chicos.
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